Académie de la Grande Chaumière
La Grande Chaumière es una conocida escuela de pintura y escultura en la cual estudiaron, entre otros, Fernand Léger, Alberto Giacometti y Balthus. Está situada en el barrio artístico de Montparnasse, antaño uno de los focos artísticos de la capital gala y Vlady la frecuentó brevemente en 1940.
Sin embargo, como su padre, el escritor Victor Serge, el pintor ruso-mexicano fue básicamente autodidacta. Según él mismo narra, de niño, en Leningrado, se desempeñó como un alumno flojo y desganado. Cada vez que podía, se iba de pinta al Hermitage, situado cerca de la residencia familiar en calle Zeliabova. El museo, uno de los mejores del mundo, exhibía, entre otras, una gran colección de obras renacentistas. En la atmósfera sofocante del estalinismo, la pasión por la pintura brotó en ese niño introvertido como escape de una realidad angustiosa. Hacia el final de su vida, le dijo a Claudio Albertani: “la pintura fue para mi a la vez una fuga y un medio para afirmar mi personalidad en un mundo hostil”.
En 1933, con tan sólo 13 años, el joven artista compartió con Serge la deportación en la ciudad de Oremburgo, camino a Siberia. En la escuela de esa ciudad de inviernos glaciales y veranos ardientes, los otros niños lo discriminaban por ser “extranjero” e hijo de un disidente. La experiencia fue tan cruel que tiempo después, ya en México, Vlady la plasmó en uno de sus cuadros más significativos y, a la vez, enigmáticos: La escuela de los verdugos.
La etapa parisina fue crucial. “Durante los tres años que pasa en París -escribe Jean-Guy Rens- Vlady irá todos los días al Louvre por lo menos una vez, pero pueden ser dos. Durante horas copia a Rembrandt, a Rafael, a Tiépolo y, por encima de todo, a Rubens y la escuela flamenca”. Serge hizo un intento poco exitoso de mandar a su hijo a la escuela consiguiéndole una beca para la Academie Paul-Colin, especializada en el diseño de carteles, vestuario y decoración teatral. El joven rebelde -sigue Rens- no manifestó, sin embargo, el menor interés por el grafismo y la publicidad, de manera que fue una experiencia fugaz.
Un hito fue la lectura (por recomendación de Wifredo Lam) de la Historia del arte de Elie Faure, otro autodidacta genial, sobrino del geógrafo anarquista Eliseo Reclus, y formado en las ideas de Nietzsche y Bergson. En los seis tomos de esta obra monumental, se moldea una concepción romántica y heroica de la creación artística que, junto a los escritos de André Malraux, ejerció una enorme influencia sobre Vlady.
La Grande Chaumière aparece en el Cuaderno no. 2 acreditando que, a pesar de ser autodidacta, Vlady contaba también con cierta formación académica. El resultado son varios bocetos de desnudos femeninos y masculinos, un estudio de La Piedad de Miguel Ángel y otro que evoca las iconografías clásicas sobre Jesús.