Estampas anarquistas

Volin en los recuerdos de Vlady


Claudio Albertani1

"El verdadero sentido histórico del bolchevismo es sólo negativo; es una lección
experimental más que demuestra al pueblo cómo no hay que hacer una revolución. (...) Se dice que los
anarquistas pretenden saltar del régimen capitalista y estatista al reino de la anarquía. Pero no se
trata de un salto ni de un reino, sino de un camino a tomar; a tomar desde el principio.(...)
Es un grave error creer que se pueda llegar a una sociedad no estatista y no autoritaria
por el camino estatista y autoritario".



Vsevolod Mikhailovich Eichenbaum (1882-1945), mejor conocido como Volin, fue uno de los principales intelectuales del anarquismo ruso. Militante antizarista desde 1901 e integrante del Partido Social Revolucionario, participó en la creación del Soviet de San Petersburgo (1905). Detenido y condenado a la deportación perpetua, se evadió refugiándose en Francia, donde se volvió anarquista en 1911.2 Expulsado en 1916 por agitación antibélica, después de un largo periplo que lo llevó a coincidir con Trotsky en Estados Unidos, regresó a Rusia en julio de 1917 integrándose al grupo anarcosindicalista Golos Truda (La Voz del Trabajo) de Petrogrado. En 1918, Volin se trasladó a Ucrania para convertirse en uno de los voceros de la Confederación Nabat (El toque de alarma) y de la makhnovchina, el movimiento campesino de tendencia anarquista, conocido por el nombre de su jefe militar, Néstor Makhno (1889-1934).

Entre enero de 1918 y agosto de 1921, en plena guerra civil, la región de Ucrania al este del río Dniepr, se convirtió en un foco del comunismo libertario. Como sus hermanos zapatistas en México, los makhnovistas realizaron -aunque sea de manera fugaz- el viejo sueño de los campesinos de todo el mundo: tierra y libertad. Al principio, lucharon militarmente a lado de los bolcheviques. y, con un ejército de 50 mil hombres, dieron una aportación determinante para el triunfo de la guerra contra los invasores austro-alemanes, los blancos de Denikin y los nacionalistas ucranianos de Petliura. Sin embargo, el gobierno bolchevique, a la sazón dirigido por Lenin y Trotsky, no podía aceptar la existencia de un poder autónomo que no controlaban. A partir de abril-mayo de 1919, el Ejército Rojo atacó al Ejército Negro, deteniendo y asesinando a sus dirigentes. Rodeado por el Ejército Rojo en su plaza fuerte de Guliái Pole, Makhno, herido, logró abrirse un camino y huir primero a Alemania y después a Francia, donde trabajó como tipógrafo. Enfermo de tuberculosis, murió en 1934.

Encarcelado repetidas veces por la Cheka (la policía secreta), Volin salió de Rusia en 1921, gracias a la intervención de Emma Goldman, Alexander Berkman y del propio Victor Serge.3Vivió los últimos años de su vida en Francia en donde formulo? su idea de la "síntesis anarquista", que recoge las tres tendencias principales del anarquismo: sindicalismo, comunismo e individualismo. Colaboró asimismo en la redacción de la Enciclopedia Anarquista dirigida por Sébastien Faurey publicada por primera vez en 1934.4

En 1938, Vlady encontró a Volin en París y volvió a verlo en Marsella en octubre de 1940 cuando ambos huían de los nazis. En las dos ocasiones, asistió a las lecturas del manuscrito de la obra maestra del anarquista ruso, "La revolución desconocida" que sólo sería publicada después de su fallecimiento en 1945.5 He aquí la narración de Vlady. (CA)

Hablar de Volin es meterse a la mar de arrecifes en donde se han estrellado las grandes ideas de este siglo. Volin combatió contra el bolchevismo, tan pronto como en 1919. ¿Por qué? Para los anarquistas, en Rusia los obreros, campesinos y soldados organizados en los soviets ganaron la partida contra el zarismo. Las comunas se hicieron y funcionaron. Pero muy pronto, el veneno del poder, del poder total, perdió la revolución. En La revolución desconocida, un libro monumental, que lo hace importante para el futuro, Volin intenta explicar porque un movimiento social contra la opresión degeneró en una nueva dictadura y cuenta una historia que se aparta de la tradicional. Sus protagonistas no son las organizaciones políticas, ni siquiera las libertarias, sino el pueblo, sobre todo los campesinos que en aquel entonces conformaban la gran mayoría de los habitantes de Rusia.

Los anarquistas vieron en el terror de matriz jacobina, empleado por los bolcheviques, la causa de la degeneración de la revolución. El estado-comuna, anunciado por Lenin antes de la toma del poder (por ejemplo en las Tesis de abril de 1917 y en El Estado y la Revolución) fue suplantado por un régimen autoritario y después totalitario. ¿Era la única opción? Difícil contestar; lo cierto es que desde un principio, muchos revolucionarios de otras tendencias protestaron contra los excesos de los bolcheviques. En ocasiones, se les permitió hablar. Está, por ejemplo, el caso de Vladimir Korolenko, uno de los pocos intelectuales no bolcheviques apreciados por Lenin.6 En pleno comunismo de guerra, Korolenko logró publicar en la prensa soviética algunas cartas de denuncia que causaron dolores de cabeza al jefe bolchevique. Sin embargo, el hecho histórico -y la tragedia- es que nadie pudo construir una opción diferente.

París, 1938

Conocí a Volin en París hacia finales de los años treinta. Mi familia y yo habíamos salido de la URSS, casi por milagro, gracias a circunstancias favorables y la presión de un grupo de intelectuales franceses. Yo sabía de los anarquistas desde los días de mi infancia y, a pesar de mi formación bolchevique, los veía con mucho romanticismo: una guerrilla dentro la revolución, luchando contra su institucionalización. Sin embargo, es necesario admitir que en mi casa había ambivalencia hacia Makhno y también hacia los rebeldes de Kronstadt.7 A pesar de su anarquismo juvenil, mi padre había sido miembro del partido y se sentía muy incómodo con estos temas.8Es verdad que en el caso de Kronstadt había intentado una mediación junto a Emma Goldman, Alexander Berkman y otros internacionalistas, pero no había apoyado la rebelión y cuando hablaba de estas cosas, siempre había un poco de desolación en su voz.9

Mi abuelo materno, Alexander Russakov, quien también era anarquista y había participado en la mediación, me contó cosas terribles. Cuando la Armada Roja lanzó el ataque contra los rebeldes, el hielo se abrió bajo los cañonazos y el mar devoró a los soldados de ambos bandos. Después, la Cheka se ensaño contra los sobrevivientes.10 Estos hechos marcaron a toda una generación y polarizaron las posiciones de la izquierda revolucionaria durante muchas décadas y hasta la fecha. Tal vez por esto, cuando mi padre y Volin coincidieron en París, nunca se frecuentaron. En 1921, Serge había luchado por sacarlo de la cárcel, pero Volin nunca le perdonó su militancia en las filas bolcheviques.

En Francia, al frecuentar el ambiente de los exilados, me di cuenta de que predominaban la división y el sectarismo y que los anarquistas no eran una excepción. Supe, por ejemplo, que en los últimos años Volin y Makhno (fallecido antes de mi llegada a París) se habían distanciado mutuamente. Como también lo había hecho Ángel Pestaña en España, Makhno y Piotr Arshínov habían intentado crear algo así como un partido anarquista.11 Volin ya no participó de aquella iniciativa prefiriendo dedicarse a reflexionar y a escribir sobre su experiencia.

Cuando lo encontré, aparentaba un poco más de sus cincuenta y tantos años. La vida no lo había tratado bien, sin embargo, manifestaba una vitalidad descomunal; cargaba con soltura el peso de los años de cautiverio y aguantaba con serenidad las dificultades materiales que aún lo embargaban. Tenía una cara afilada, ceñida por una barbita entrecana y, a pesar de sus limitados medios, vestía con gran pulcritud, siempre con chaleco, saco, corbata y sombrero. Como muchos revolucionarios de aquel tiempo (entre ellos mi padre), no era un bohemio y sus lentes redondos le daban un ademán de profesor o de estudiante envejecido antes de tiempo.

Pronto, me dijo que estaba escribiendo un texto sobre la revolución rusa. Inmediatamente, sentí una velada agresión: sin decirlo, Volin implicaba que el libro de mi padre El año uno de la revolución rusa, era demasiado pro bolchevique. Sin embargo para mí era importante conocer su versión. En aquel entonces, con unos amigos, habíamos formado un grupo, Nouveau Départ, orientado a promover la auto organización de los trabajadores y a reflexionar sobre la situación política.12 En el grupo, casi todos éramos jóvenes y de tendencia trotskista, pero yo tenía simpatía por el anarquismo. Llevé a Volin a nuestras reuniones y él nos leyó el manuscrito de La revolución desconocida. Durante los recesos o cuando la conversación se volvía floja, yo me ponía a dibujar o a tomar apuntes.

Para mí, adolescente crecido en la adoración de los viejos bolcheviques, las revelaciones de Volin fueron una experiencia desconcertante. Recuerdo que pregunté muchas cosas a mi padre y las respuestas no siempre fueron claras. El no venía a nuestras reuniones; sin embargo por su pasado, conocía muy bien los argumentos libertarios y los comprendía.13 Evidentemente, el tema le consternaba y cuando yo le hablaba de las críticas de Volin a los bolcheviques, con un poco de tristeza y como si no hubiera nada más que añadir, contestaba que esa era la posición anarquista.

Episodios makhnovistas

Al concluir las sesiones de lectura del libro, siempre acompañaba a Volin al metro y en el trayecto él me contaba anécdotas de sus días en Ucrania o contestaba mis preguntas. Después, en la casa, yo transcribía lo que me parecía importante; de esta manera, además de los dibujos que hacía en los recesos de las reuniones o cuando la discusión se volvía floja, conservé los resúmenes de nuestras conversaciones.

En una ocasión, le pregunté sobre la legendaria fuerza militar de Makhno. Volin me explicó que el gran invento fue sacar a la ametralladora de la trinchera. Parece sencillo pero antes no se le había ocurrido a nadie; en el nido, la ametralladora puede ser bombardeada pero si la subes a una carreta jalada por caballos que se desplazan rápidamente por el campo de batalla, se puede desplegar una potencia de fuego infinitamente mayor. La carga de la caballería makhnovista combinada con el fuego cruzado de ametralladoras móviles se volvió mortal para el enemigo. Así que en algún momento la makhnovchina fue dueña de las técnicas militares más avanzadas de su tiempo.

En otra ocasión, Volin me platicó de la traición de los bolcheviques. Como se sabe, los makhnovistas tenían un acuerdo con Lenin para derrotar al enemigo común, los generales blancos y contrarrevolucionarios que avanzaban desde varios lados hacia Moscú. Por sus diferentes matrices ideológicas, las dos fuerzas siempre se vieron con suspicacia; cada ejército tenía frentes y unidades que operaban de forma independiente y varias veces hubo problemas pero no podían darse el lujo de renunciar a la ayuda mutua.

Hacia finales de la guerra civil, en noviembre de 1920, el frente se encontraba en Crimea y el enemigo era el general Wrángel.14 Por el intenso frío, se congeló el Istmo de Perekop en donde se mantenía el grueso de su tropa acosada al norte por el Ejército Rojo. La caballería makhnovista dirigida por Simón Karetnik (un campesino anarquista de Guliái Pole), pasó sobre el mar congelado, rodeó a Wrángel y lo derrotó por sorpresa. Después, cuando Karetnik y sus tropas regresaban a sus posiciones, un contingente de la Armada Roja los ametralló por sorpresa. Karetnik sobrevivió, pero varios cientos de hombres perecieron y otros tantos fueron detenidos. Volin me dijo que Makhno, él y otros estaban esperando en el lugar acordado. Al ver los jinetes en el horizonte, Makhno, preocupado preguntó: -¿Cuántos son? Sólo veo a unos cientos. Cuando llegó, Karetnik dijo solamente: -¡Batko! [padre], ahora sabemos quiénes son los bolcheviques.15

Volin también me habló de los terribles episodios de violencia de la guerra: cadáveres sin sepultar, cuerpos partidos a la mitad de un solo sablazo, cabezas cortadas. Y me dijo cosas que no están en el libro. Especialmente que el ejército de Makhno, al final se había convertido en un ejército de derrotados con características terribles de militarismo, desmoralización e, incluso, antisemitismo.16 Había alcoholismo y, según parece, a veces el mismo Makhno no se controlaba.

Marsella, octubre de 1940. La última cita


Encontré de nuevo a Volin en Marsella, poco antes de que mi padre y yo nos embarcáramos con rumbo a América. Junto a otros intelectuales y militantes antifascistas, huíamos de Europa, por entonces casi enteramente dominada por los nazis.17 Volin no logró salir y durante la ocupación alemana vivió en la clandestinidad, huyendo de un escondite a otro. Al terminar la guerra, regresó a París en donde, murió de tuberculosis, la enfermedad de los pobres, al igual que su antiguo jefe y compañero Néstor Makhno. Yo no lo vi más, pero conservo unos dibujos y los apuntes de nuestras últimas entrevistas. Se trata de cinco episodios de su vida que, como los anteriores, añaden a La revolución desconocida, elementos humanos y personales. La sucesión no es cronológica, sino acorde a la narración de Volin que no seguía un orden determinado. Todavía hoy, estas líneas, me parecen conmovedoras.

  1. Hacia finales de 1919, la guerra civil todavía no terminaba. Makhno llamó a Volin y le informó que la región de Krivóy Rog se encontraba en manos del general contrarrevolucionario Petliura. Era necesario ir allá y hacer trabajo clandestino. Volin aceptó y salió con un grupo de hombres armados. Llegando a Krivóy Rog, vieron algunos jinetes acercarse a un río. Cuando éstos gritaron que eran rojos y que los blancos se habían ido, Volin y sus compañeros entraron al pueblo despreocupados. Sin embargo, los jinetes los rodearon y los desarmaron. En esto se le acercó un funcionario bolchevique que lo conocía y lo apreciaba para decirle:
    -Maestro aquí es muy peligroso para usted, yo me largo. Véngase conmigo.
    Volin tenía tifoidea y no pudo aceptar el ofrecimiento, de manera que fue detenido poco después.
    La colegiatura local del partido no sabía qué hacer y, por seis votos contra dos, decidió pedir instrucciones a Trotsky. El jefe de la Armada Roja conocía muy bien a Volin porque, años antes, habían coincidido en Nueva York en donde fueron- vecinos. La respuesta llegó contundente: rasteli (fusilar).18 Poco después, una contraorden de Lenin salvó la vida de Volin: había que trasladarlo a Moscú y someterlo a proceso. Empezó una nueva odisea y, gravemente enfermo, Volin emprendió una travesía en tren a lo largo de un país desgarrado por la guerra civil.
    A veces el viaje se interrumpía. En una ocasión, el prisionero fue trasladado a una sede de la Cheka y encerrado en una cárcel. En la celda, se pudo quitar las botas: tenía tanta mugre en los pies que un guardia le prestó un cuchillo para quitársela. Como no había cama, lo echaron sobre un piso de cemento; su condición empeoraba, no había comido y seguían las fiebres. Un médico lo visitó y sentenció que moriría en cuestión de días. Después cayó en un sueño profundo y, de repente, oyó que le estaban susurrando algo. Haciendo un gran esfuerzo abrió los ojos y vio al director de la cárcel.
    -Camarada Volin, yo no soy bolchevique, soy un socialista revolucionario. Hace muchos años tuve el gusto de oír sus pláticas sobre la anarquía y le tengo mucho respeto. Quisiera hacer algo para usted. Trastornado, Volin no sabía qué hacer. Al fin, pidió pan y leche. Al día siguiente cuando despertó, vio en el piso un vaso de leche y un pedazo de pan. Con mucho cuidado, a sabiendas del daño que puede hacer comer después de un largo ayuno, se tragó un pedacito de pan acompañado con un poco de leche. Al principio sintió una sensación rara, como de una sustancia ajena que se introduce en las entrañas; sin embargo, poco a poco, bocado tras bocado, la vida empezó a volver. Entonces se dijo a sí mismo:
    -No, cabrones, yo no me voy a morir.

  2. A los pocos meses de haber sido detenido en Moscú, Volin fue presentado ante el juez de instrucción encargado del caso. Su salud había mejorado, pero tenía un aspecto lastimoso. Después de sentarse, se exprimió la barba y, para provocar al funcionario, puso sobre la mesa sus piojos. -¿Come usted suficiente? preguntó el juez.
    -¡Hombre, claro que no! contestó Volin.
    -Está usted acusado de haber usado su influencia sobre Makhno para convencerlo de no ir al frente polaco. Esta es traición y le espera el fusilamiento.
    -¿Cuál frente polaco? preguntó Volin, yo no sé de ningún frente polaco.19
    -¿Con qué no, usted acepta sus convicciones? ¿Dónde está su conciencia revolucionaria? Volin escuchaba intentando comprender de qué se trataba. Tenía que actuar con frialdad y se le ocurrió buscar en su expediente la carta de Makhno, secuestrada el día de su detención. Decía: "el portador se va a la región de Krivóy Rog para el trabajo de agitación en contra del ejercito de Petliura. Se ruega a todas las organizaciones proporcionarle la ayuda correspondiente" .Firmaba Makhno, comandante; Víctor Belash20, jefe de estado mayor y el presidente del soviet de Guliái Pole, Ravchenco. Fecha: 26 de octubre de 1919. La guerra con Polonia no empezó sino hasta abril de 1920. El juez palideció.


  3. En otra ocasión, lo sacaron de su celda; Volin pensó que lo iban a fusilar, sin embargo, lo llevaron a un salón de reuniones; -raro, pensó, no parece un lugar apropiado para un ajusticiamiento. En esto se presentó un funcionario bolchevique de alto nivel y le ordenó sentarse. Era Kirov.13 De repente, como si fueran viejos amigos, le habló la situación del gobierno bolchevique en Ucrania en donde, dijo, había mucha incompetencia.
    Después de varios rodeos, le ofreció el cargo de Comisario para la Educación. Volin contestó que su proposición era curiosa y que no podía colaborar con gente que lo tenía preso y hasta amenazaba con fusilarlo. Kirov no esperaba un rechazo de su oferta y se puso furioso.
    -¿Acaso no comprende usted que la única organización capacitada para mantener
    el poder es la nuestra? Volin siguió negándose.
    -¡Entonces que se pudra usted en su celda! gritó Kirov y se fue rojo de la rabia.


  4. En 1918, Volin llegó a Petrogrado procedente del frente alemán y, en un pasillo del Smolny14, vio a Nicolay Ivanovich Bujarin discutiendo animadamente con un grupo de bolcheviques. Como eran viejos conocidos, éste le llamó y, después de saludarlo, con lágrimas en los ojos le confesó que estaba en desacuerdo con Lenin. Volin le preguntó por qué. Se estaba debatiendo la paz con los imperios centrales y la posición de Nicolay Ivanovich era de seguir la guerra para transformarla en guerra revolucionaria. Bujarin y otros bolcheviques coincidían con los socialistas revolucionarios y con los anarquistas. Lenin, en cambio, exigía la paz a cualquier costo, misma que se firmó poco después en Brest-Litovsk. Admirado, Volin preguntó a Bujarin por qué no defendía sus ideas directamente con el jefe. Enrojecido y con una desesperación creciente este gritó:
    -Ni lo pienses. Podríamos llegar hasta la ruptura del partido.


  5. El 25 de octubre de 1917, el día en que los bolcheviques tomaron el poder, los anarquistas tenían previsto un mitin. Se juntaron unas 8 mil personas en el Circo de Invierno del Campo de Marte, en el corazón de la Petrogrado revolucionaria. Cerca de las 11 de la noche, poco antes de terminar su intervención, Volin recibió una pequeña nota en donde se decía que el gobierno provisional había sido derrocado y que los bolcheviques habían formado su gabinete, bajo la presidencia de Lenin. Leyó el mensaje en voz alta y los asistentes escucharon en silencio; la atmósfera era muy tensa y al final Volin:
    -¡Abajo el gobierno provisional! Y poco después:
    -¡Abajo el gobierno bolchevique! Todo el mundo repitió:
    -¡Abajo el gobierno bolchevique!



1Resultado de la pláticas que tuve con Vlady en el curso de 1994, una primera versión de este texto fue publicada en italiano con el título, "Volin nel ricordo di Vladimir Kibal'cic", Rivista storica dell'anarchismo, Pisa, 1997.

2Groupe des anarchistes russes exilés en Allemagne, Répression de l'Anarchisme en Russie Soviétique, traduction de Voline. Introduction d'André Colomer, Éditions de la Librarie Sociale, Paris, 1923, http://monde-nouveau.net/IMG/pdf/Repression_de_l_anarchisme_en_Russie_mis_en_page.pdf

3Véase: Victor Serge, Memorias de un revolucionario, traducción de Tomás Segovia, introducción y notas de Jean Rière, Veintisiete Letras, Madrid, 2011, pág. 194.

4Encyclopédie Anarchiste, Éditions de la Librairie Internationale, París, 1934.Volin contribuyó con las entradas "soviets", "autoridad", "antisemitismo", "antiestatismo", entre otras.

5Volin, La revolución desconocida. Historia del silencio bolchevique. Editores Mexicanos Unidos, 1984. Prólogo de Rudolf Rocker, portada de Vlady. Disponible en línea: http://www.fondation-besnard.org/IMG/pdf/La_Revolucion_Desconocida_-_Volin.pdf

6Vladimir Korolenko (1853-1921) militante antizarista, escritor y crítico literario de gran prestigio en la Rusia prerrevolucionaria. Entre junio y septiembre de 1920, publicó seis cartas extremadamente críticas del sistema soviético. Cuando murió, Víctor Serge le rindió tributo en dos artículos publicados en Bulletin communiste (26 de enero de 1922) y La vie ouvrière (13 de enero de 1922).

7En febrero de 1921, la guarnición militar de Kronstadt, el puerto de Petrogrado, se levantó en nombre de una nueva revolución libertadora y democrática. Los marinos llamaron al pueblo ruso a formar soviets contra la dictadura bolchevique. El 17 de marzo, después de un ultimátum firmado por Lenin y Trotsky, la Armada Roja dirigida por el mariscal Tujachevski lanzó un asalto sobre el hielo. La rebelión fue aplastada el día 18, durante el 50 aniversario de la Comuna de París. Algunos rebeldes lograron huir a Finlandia, otros murieron al grito de "¡viva la revolución mundial!". Véase también: Paul Avrich, Kronstadt 1921, Anarrés, Buenos Aires, 2003 y Néstor Makhno, "En recuerdo del levantamiento de Kronstadt", http://www.nestormakhno.info/spanish/kronstadt.htm

8Serge fue expulsado del Partido Bolchevique en 1927.

9Norteamericanos de origen ruso, Alexander Berkman (1870-1936) y Emma Goldman (1869-1940), fueron deportados a la Rusia de los soviets a principio de 1920 y rompieron muy pronto con los bolcheviques. En un escrito de 1937, en polémica con Trotsky, Serge señala que ambos gozaban de la confianza de los rebeldes de Kronstadt y que con un mínimo de voluntad política los dirigentes bolcheviques hubieran podido evitar la masacre. Véase: Victor Serge, "Cronstadt, les écrits et les faits", La Révolution Prolétarienne, no. 255, 25 de septiembre, 1937.

10"Comisión Extraordinaria Panrusa para la lucha con la Contrarrevolución y el Sabotaje", comúnmente abreviada Cheka, la policía política bolchevique, fue creada en diciembre de 1917 por Felix Dzier?y?ski, directamente por encargo de Lenin.

11Varias veces secretario de la Confederación Nacional del Trabajo (de tendencia anarcosindicalista), Ángel Pestaña (1886-1937) fundó el Partido Sindicalista en 1932 mismo que tuvo pocas repercusiones; Piotr Arshínov (1887-1937), líder de Nabat (Confederación de las Organizaciones Anarquistas de Ucrania), autor de una Historia del movimiento makhnovista, conoció a Makhno en la cárcel. En 1921 logró emigrar a París y en 1926, publicó la "Plataforma Organizativa de los Comunistas Libertarios", documento que causó su ruptura con Volin. Inexplicablemente, volvió a la URSS en 1935 siendo ejecutado hacia 1937.

12La existencia del grupo Nouveau Départ está consignada en el Dictionnaire biographique du mouvement ouvrier français, dirigido por Jean Maitron, en la entrada sobre Dina Vierny, amiga de Vlady.

13En dos artículos, La Pensée Anarchiste y Méditation sur l'anarchie, publicados durante su estancia en París, respectivamente en las revistas Le Crapouillot (1937) y Esprit (1938), Serge ofrece un balance de su relación con el marxismo y el anarquismo.

14Piotr Nikola?yevich Wra?ngel (1878-1928),jefe del movimiento blanco en Ucrania durante la última etapa de la guerra civil.

15Después derrotar a Wrangel, Simón Karetnik (1893-1920), campesino pobre, originario de Guliái Pole,fue fusilado el 25 de noviembre de 1920, tras acudir a una reunión militar con los bolcheviques.

16Véase: Néstor Makhno, "La makhnovichina y el antisemitismo", texto en el cual el dirigente campesino se defiende de las acusaciones de antisemitismo, http://www.nestormakhno.info/spanish/antisem.htm

17Para una descripción, de la huida, véase: Victor Serge, Journal de la défaite (anexo 1, cuaderno 1) y Victor Serge, Carnets (1936-37). Nouvelle édition établie par Claudio Albertani et Claude Rioux, Agone, Marsella, 2012, pp. 55-56 (de próxima publicación en castellano).

18Las opiniones de Trotsky sobre Makhno quedaron plasmadas en el texto "El movimiento makhnovista", del 2 de junio de 1919, https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1919/2vi.htm

19La guerra ruso-polaca duró de abril a octubre de 1920. Josef Pilsudsky, antiguo socialista y jefe del gobierno polaco se alió con el anticomunista Petliura y partió hacia Kiev. Fue derrotado por el mariscal Tukhachevsky que en pocos meses llegó hasta Varsovia.

20Victor Belash (1893-1938) fue uno de los principales dirigentes militares de la makhnovchina. En agosto de 1921, cuando Makhno, herido, tuvo que abandonar Ucrania, se convirtió en el comandante general del Ejército Negro. Detenido muchas veces, fue fusilado en 1938 por la NKVD (policía política).

21Kirov, seudónimo de Sergey Mironovich Kostrikov, secretario del Partido Comunista de Leningrado. Su asesinato en 1934 sirvió de pretexto para desencadenar las grandes purgas de 1936-38.