La casa de León Trotsky en la descripción de Victor Serge1


9 de septiembre de 1941.2 -- Los árboles son muy altos, las avenidas anchas, en abandono, el aire puro y todo está verde; Gorkin, Vlady y yo llegamos bajo la lluvia. La casa baja está rodeada de un muro gris, dominado por una torreta (ametralladora). Nos reciben dos jóvenes simpáticos, un mexicano y un estadounidense, con pistolas y cartuchos en bandolera. Nos introducen en una especie de antesala, bastante desnuda a pesar de los libros, las cajas, una máquina de escribir. Natalia Ivanovna entra, está delgada, físicamente desvalida, un cuerpo de niña agotada, un rostro trágico, arrugado, devastado, pálido y muy envejecido. Se nota que fue rubia y atractiva. Ahora, sus cabellos no tienen color y su andar es inseguro. Se mantiene activa y derecha, pero está acabada, casi una sombra, pero con una determinación desesperada. Me escucha con una especie de crispación dolida y me es difícil hablar.

Sólo puedo hacerlo en ruso, porque necesito la firmeza rusa. Nuestras divergencias: el Viejo, a quien tanto quise, fue injusto y desleal conmigo cuando se desató la polémica (no lo menciono, pero me acusó de haber escrito un artículo que no escribí y que expresa ideas opuestas a las mías); la IV no existe, no hay partidos (no se puede jugar con la idea de un partido y menos con la idea de una Internacional); no se puede construir nada sobre las bases del sectarismo.

Natalia Ivánovna: -Usted lo decepcionó terriblemente después de haberlo entusiasmado. La IVa sí existe; hay que trabajar en su consolidación, mire nuestra sección americana. Le propongo hacer un llamado de solidaridad con el pueblo ruso, que es considerado carne de cañón; la defensa de los opositores que tal vez siguen vivos en las cárceles. Ella asiente, aprueba de manera vaga, se mantiene reservada. Está enteramente "en la línea" de la secta, siento que no será posible colaborar. Se endurece.

Los interiores de la casa son de una sencillez extrema. La oficina de trabajo del Viejo: una gran mesa sin cajones, anotaciones sobre India, manchas de sangre. Estanterías, muros desnudos, mapa de México. Un laboratorio, una celda de trabajo para un cerebro. Es curiosamente parecido a mi casa, aunque con muchos más medios. En realidad, es algo ruso y revolucionario, el estilo de varias generaciones que se han caracterizado por despojarse de su individualismo en busca de la objetividad (recuerdos de la "oficina de trabajo" de mi padre). Un retrato del Viejo, tamaño natural: los ojos gris verdoso, la mirada intensa, la mueca de pico de águila de sus labios, muy parecido (Unas fotos, donde G., me provocan la molesta impresión de que en los últimos tiempos de su vida, había adoptado una nueva expresión, que coincidía con una baja en su producción intelectual y una irritabilidad creciente, aunque quería expresar satisfacción y desprecio; expresión intensa, terrible).

Hablamos del atentado de Siqueiros: unas treinta balas atravesaron la puerta del dormitorio. En total fueron muchos cientos. La ventana del estudio da al jardín, cactáceas, hermosos árboles. Cerca de la salida hay una placa en cemento que conmemora el asesinato de Sheldon Harte3 --quien era, con su porte de joven discípulo, un estalinista. En esta fortaleza, puede ser que los traidores fueran tres: S.H., Sylvia4 y Jackson5. El Viejo se buscó su propia muerte al seleccionar sus colaboradores con base en la aprobación política.

En 1928 o 1929, en vísperas de su arresto (y primer exilio en Alma Ata), me despedí de él en casa de Beloborodov* (fusilado) en Cheremetievski pereulok [callejón en ruso, ndt], segundo o tercer piso, en un pequeñísimo cuarto que daba a un patio, con una cama de hierro con adornos de cobre y una pequeña mesa sobrecargada de papeles. Estaba dictando su "Carta a Pierre". Hablamos de la posibilidad de que yo cruzara la frontera con Estonia o de que "capitulara" con el fin de evadirme (Poco después, Ndivani --fusilado-- propuso que me escapara por Manchuria, pero yo necesitaba llevar conmigo a Liuba y a Vlady, lo cual volvía imposible ese tipo de fuga). La casa estaba rodeada por los motociclistas de la GPU.

El Viejo estaba amarillo, ya que tenía el hígado afectado por el paludismo. Su pijama de mangas raídas. Nos dimos un abrazo con afecto. Yakovin6 cuidaba la puerta, su entusiasmo, su pasión. Nikolai Karpov* estaba con nosotros, yo había accedido a ello a regañadientes (desconfianza). Karpov es un traidor, Yakovin ha desaparecido en las cárceles.

Dos jóvenes armados custodian a unas sombras en esta fortaleza de Coyoacán, un laboratorio intelectual desierto y una mujer-niña devastada de sesenta y cinco años. Ciudadela de fantasmas, tumba embrujada, desamparo total. A nuestros alrededores la vegetación es espléndida, las montañas azules, el cielo inmenso y luminoso.

Carta de Krupskaya* a León Davidovich. Fanny Yanovich* afirma que poco antes de morir (creo que en 1938),7 Nadezhda Constantinovna Krupskaya le escribió a L.D. une carta afectuosa. F.Y. vio como L.D., de quien era entonces secretaria, se emocionó con esa carta donde Krupskaya le exigía que siguiera luchando. Fue poco después del primer proceso de Moscú8.

1 Victor Serge, Carnets (1936-47), Édition établie par Claudio Albertani et Claude Rioux, editorial Agone, Marsella, 2012, pp. 106-8. De próxima publicación en castellano.

2 Victor Serge y Vlady llegaron a Mérida, Yucatán, en avión, el 3 de septiembre de 1941 procedentes de La Habana, Cuba. El día 5, prosiguieron su viaje hacia la Ciudad de México.

3 Robert Sheldon Harte (1915-40) fue un agente estalinista infiltrado en el entorno de Trotsky. Durante el fallido atentado del 24 de mayo de 1940, organizado por Siqueiros, Harte abrió la puerta de la fortaleza, permitiendo la entrada de los atacantes. Sucesivamente fue asesinado por sus propios compañeros y su cuerpo fue encontrado a las afueras de la ciudad, camino a Desierto de los Leones. Trotsky siempre creyó en la inocencia de Harte.

4 Silvia Ageloff (1910-95), militante del Socialist Workers Party de Estados Unidos y amante de Ramón Mercader, el asesino de Trotsky. Contrario a la opinión de Serge, Sylvia no estaba implicada en la trama.

5 Frank Jackson: falsa identidad de Ramón Mercader, el asesino de Trotsky, que se presentaba también como Jacques Mornard.

6 Grigori Iakovlevich Iakovin (1896-1937?), miembro de la Oposición desde 1923. Probablemente asesinado en 1937.

7 Krupskaya, la esposa de Lenin, murió un año después, el 27 de febrero de 1939.

8 Este último párrafo fue agregado a mano en noviembre de 1943.